La lluvia embarra con furia el piso, mientras une la tierra. Te veo, con ojos cándidos, y descubro que no fue solo casualidad.
- Llueve!- me decís, mientras mis labios esbozan una sonrisa prometedora y destruyen la linea recta que siempre separa uno de otro.
- Es solo el principio, y lo sabés - Me decís, antes que se unan los mios con los tuyos.
domingo, 3 de enero de 2010
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